domingo, 30 de enero de 2011

Curly hair, supermarket y present simple

Queridos lulilectores...

Tengo cuatro alumnos a los que, todos los sábados por la mañana, desde hace tres meses, les imparto cases de inglés. Es interesante, y no solo por el incentivo extra de dinero que me paga los caprichos, sino porque me entretengo observando a los chicos, recordando cómo era yo en esas edades.

Tienen años variopintos, en una franja que comprende desde los 9 hasta los 16. Curiosamente, lo que más difícil me resulta es tratar de enseñar al chiquillo de nueve palabras tan bobas como curly hair, moustache o supermarket, porque son cosas que no puedes explicar de forma racional (como el present simple, que con saña intento meter dentro de las cabezas de mis alumnos de 13 años). Así, las clases se vuelven en ocasiones aburridas, porque lo único que el muchachito hace es escribir una y otra vez curly hair, dark hair, straight hair o fair hair, hasta que incluso a él se le salen esas palabras por las orejas.

En cuanto a los chicos de 13 (un niño y una niña); van juntos en la misma hora y se nota que la chiquilla es mucho más madura que el niño. No me hace hablar, es eficiente y entiende las cosas rápidamente; al contrario que él, que siempre me hace repetir las frases: “Silencio, concéntrate, calla, va, venga”. Aunque no es tonto, lo que pasa es que es algo vago.

Por último, el chico de 16 es, probablemente, con el que más dificultades tengo; no porque sea precisamente rebelde, ya que se porta bien; sino porque es un sabihondo y cree que no necesita clases de inglés. Es muy orgulloso: le cuesta mucho preguntarme las palabras que no entiende y, cuando le hago preguntas, a menudo pasa minutos y minutos callados antes de proferir una escueta respuesta. Le obligo a conversar en inglés, y su contestación favorita a mis preguntas es “no tengo opinión, no me importa, me da igual”. Entonces, yo le obligo a que esté a favor o en contra del tema que le propongo, y ahí pone cara de estreñido mientras piensa intensamente antes de lanzarse a hablar. Aunque, eso sí, es extremadamente inteligente y, realmente, de inglés no necesita refuerzo, sino avance. Aunque tiene las uñas largas y sucias (en mi opinión, algo imperdonable), pero bueno, está en plena edad del pavo y ser rebelde es lo normal.

Y así transcurren mis sábados por la mañana, de 10 a 13h, oscilando entre los modal verbs y el curly hair, haciendo de profesora medio estricta, medio amiga, para que un grupo de chavales aprenda inglés. Me gusta; es la primera vez que doy clases particulares y, aunque no puedo dormir en sábado por la mañana, la verdad es que el dinero y, sobre todo, la experiencia, lo valen. Espero que dure bastante tiempo.

Además, creo que, en el fondo, les caigo bien (incluso al chaval de 16 años). =)

Besazzos,

*Luli*

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