miércoles, 2 de febrero de 2011

A capella

Queridos lulilectores...

Esto de vivir en un edificio de muchas viviendas es toda una experiencia. No voy a decir que mi finca tenga unos vecinos tan peculiares como los que en su día estereotipó la célebre serie televisiva de Aquí no hay quien viva; pero sí que se encuentran casos aislados un tanto remarcables.

En este caso, mis vecinos del octavo, que creo que también son unos jóvenes estudiantes que están alquilados, igual que nosotros. Aunque no sé qué narices harán durante todo el día, porque siempre están en casa. La chica, por ejemplo, es la más ruidosa de todos. Siempre está poniendo música a tope, con la radio o el ordenador, y cuando nos duchamos, lavamos los dientes o, directamente, desde mi misma habitación, la banda sonora de turno nos acompaña.

Que, por lo menos, si dices que la banda sonora está bien, bueno, pues vale, pero es que siempre pone unas cancioncitas de lo más extravagantes (del estilo Antonio Orozco, que respeto vuestros gustos, pero yo no me lo trago). Y, cuando no se dedica a despertarnos con Los 40 Principales, canta a capella, como es el caso ahora mismo, que la tengo justo encima de mi cabeza vociferando frases incomprensibles. Cuando se pone en ese plan da la sensación de estar en todas partes, como un narrador omnisciente que todo lo sabe.

Otro día se pusieron a cantarle Cumpleaños Feliz a Pepe, o a Paco, o no sé qué nombre tiene el compañero de ellas; y montaron un guateque de cuidao, que nosotros todo era subirle el volumen a la televisión y no había manera de escuchar nada, de la algarabía que se cocía en el piso superior.

Y es que no son casos puntuales o aislados, es que es el pan de cada día. Que luego te las cruzas en el ascensor y te las quedas mirando de arriba abajo, pensando cosas feas para decirles, pero, en vez de eso, con una media sonrisa les sueltas: "pues yo voy al séptimo". Mi compañero y yo hemos resuelto que, un día, sin comerlo ni beberlo, subiremos arriba y les llamaremos al timbre, pero no para quejarnos, sino para echar a correr en seguida, antes de que nos abran (como los niños pequeños, sí, para quien lo esté pensando, que os conozco ¬¬). Y que se fastidien, hombre ya.

Así que... ya os contaré cómo acaba esta aventura.

Besazzos,

*Luli*

2 comentarios:

  1. Siempre tienes la opción de llamar a la policia y cagarlos un poco jeje :P

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  2. Quizá algún día lo haga, no lo descartes xD

    Besazzos, gracias por pasarte!

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